La tierra que llama
Malditos sean los poetas allí donde hayan nacido Usurpadores de cuerpos Ególatras del lenguaje Vampiros de la oscuridad o de la luz según el papa de turno Malditos sean por sembrar palabras y no lombrices Por entorpecer el trabajo de los recolectores de basura y convertirse en basureros de la memoria Por usar la palabra como martillo y no como pincel Malditos sean Ociosos curanderos de una sociedad enferma que los apaña Pacatos arquitectos de solitarios jardines secretos Bosta de vacas muertas sus versos blancos Honran amores no correspondidos crucificando el amor Malditos sean allí donde bufen sus plaquetas de purísima sangre Vayan a cantarles a los perros vagabundos Que ellos y no ustedes están verdaderamente solos No necesito caerme en la mierda para oler oscuridad Me alcanza con haber nacido Soy ramera de la oscuridad Una bruja tiniebla de barro Buscando en las memorias de mi padre Me encontré con las memorias de mi madre. Junté